¿Estás comiendo bien? Mejora tu alimentación en horario de trabajo

Como todo buen comienzo de año hoy nos hacemos eco de uno de los más populares propósitos estrella: mejorar la alimentación. La preocupación por adoptar hábitos saludables con la comida puede haberse incrementado debido al confinamiento y después de todo un año teletrabajando.

El estrés y la mala alimentación

Algo que tener en cuenta en este sentido es que las emociones están muy relacionadas con la forma que tenemos de alimentarnos. Celebramos comiendo y aplacamos sentimientos de tristeza y ansiedad con la comida. Por lo que el estrés que se pueda estar sufriendo mientras se trabaja, en demasiadas ocasiones, se rebaja, al menos puntualmente, recurriendo a alimentos poco saludables.

En la medida en la que se es consciente de este mal hábito se puede transformar en algo saludable. La planificación semanal y algunos trucos como tener alimentos saludables siempre preparados y a mano será lo que contribuya a llevar una buena alimentación, también durante el tiempo de trabajo.

Pon en práctica una buena alimentación

Pon en práctica una buena alimentación, también en el trabajo

Aquí van algunas de buenas prácticas respecto en la alimentación basadas en la consulta de guías sobre alimentación que diferentes organismos e instituciones tanto nacionales como internacionales recomiendan como saludables.

Desayuna variado y suficiente

Muchas personas se levantan sin ganas de tomar nada y empiezan la jornada con un café a secas porque son incapaces de meter algo al cuerpo a esas horas. Esta sensación puede venir provocada por el hecho de que se ha cenado demasiado tarde o muy abundantemente. Así que hay que remitirse a la noche anterior. La recomendación es cenar temprano para no irse con el estómago lleno. Además, esto favorece una mejor conciliación del sueño. A la mañana siguiente podrás tomar un desayuno que incluya una pieza de fruta, mejor que un zumo para no perder el aporte de fibra de la pulpa, cereales, una bebida como té o café, algo de proteína y una grasa como el aceite de oliva.

Toda comida debe llevar esta proporción de alimentos distribuida de la siguiente forma: si consideramos que cada comida es un plato una alimentación equilibrada éste debe llevar la mitad de este plato de hortalizas, un cuarto de farináceos (pan, arroz o pasta) y otro cuarto de alimentos proteicos (legumbres, carne, pescado o huevos). Y siempre ir acompañado de agua y dos piezas de fruta.

Evita los alimentos azucarados

El azúcar provoca en nuestro organismo una metabolización demasiado rápida sin apenas aportación de nutrientes. Es más saludable que los azúcares se incorporen tomando pan integral, preferiblemente, frutas o lácteos. En demasiadas ocasiones se recurre a productos ultraprocesados que llevan un exceso de sal, azúcar y grasas trans.

Si sueles hacer un descanso para tomar algo a media mañana aprovecha esta ocasión para tomar fruta u hortalizas crudas. Te asegurarás de hacer el aporte diario de cinco raciones recomendadas. Para que te resulte más fácil puedes dejarla cortada previamente en la nevera. También puedes tomar frutos secos naturales y sin azucarar.

Bebe agua

Bebe agua para estar convenientemente hidratado. El mínimo será de 1 litro y medio al día. Sustituir las bebidas azucaradas por agua contribuye sustancialmente a tener una salud óptima. Puedes darle sabor con infusiones de hierbas o con frutas como limón, pomelo o manzana. Incluso con alguna hierba aromática o especia. En verano te refrescará y en invierno, si la calientas, te aportará calor mientras trabajas desde casa.

Aprende a preparar alimentos

La comida preparada está ya presente en muchas casas. Es verdad que cada hay hay más opciones saludables también en este modo. Pero, en el cocinado de estos alimentos , todavía se abusa demasiado de ingredientes para su mejor conservación que los hace poco recomendables.

Cocinar los alimentos que ingerimos puede ser fácil si se programa. La falta de planificación hace que las opciones más saludables no estén disponibles cuando queremos matar el hambre (o la ansiedad) porque requieren de preparación previa.  Con tiempo suficiente, el tipo de alimentos que podemos tener a mano y preparados será mucho más saludable porque se ha pensado  y planificado previamente. Cocinar puede formar parte de las actividades tiempo libre y del cuidado que procuramos tanto a nosotros como a las personas que queremos.

Si quieres seguir mejorando tu alimentación puedes consultar estos enlaces:

Pequeños cambios para comer mejor. Agencia de Salud Pública de Cataluña 

Guía de alimentación saludable de la Organización Mundial de la Salud (OMS)

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